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viernes, 5 de febrero de 2010

MI VERDAD SOBRE LA CRISIS ECONÓMICA




(Emigrantes en Suiza 1965)
Debo comenzar este escrito, declarando mi fidelidad inquebrantable e incondicional al sistema constitucional español. Convicción democrática y respeto a las leyes y a los poderes legítimamente establecidos. Creo en la Monarquía Parlamentaria de nuestro Estado Social y Democrático de Derecho. Confío en nuestras Fuerzas Armadas y en las Fuerzas de Seguridad del Estado, que han sabido estar siempre a la altura que el pueblo español demandaba. Confío en el Gobierno español, y, siento orgullo de ser ciudadano de este país, y creo en los valores de nuestro pueblo español, sin dejar de ser ciudadano del mundo.
No sé si debo o no, desde mi condición de aficionado a la poesía y a la literatura, hablar de Crisis Económica, y si soy la persona adecuada para hacerlo. Pero el corazón me dicta que lo haga, una voz interior me desprende del poema y me lleva a la opinión pública, creo que se debe a un impulso solidario en defensa de un sector de la sociedad: los trabajadores y las trabajadoras de mi país, España.
Se habla de bajar las pensiones y de aumentar la edad de jubilación, cosa que considero una tremenda incoherencia y un hecho desafortunado.
Señoras y señores de la política española. ¡Deben hacer ustedes políticas acertadas! y cuando digo señores y señoras de la política, me refiero a todas aquellas personas que ejercen la profesión de la política. No hagan con ninguna clase de política cosas inadecuadas en contra de las clases más desfavorecidas de la sociedad española, como son: los obreros, los pensionistas, los funcionarios y la sufrida clase media.
La mayoría de los pensionistas y quizá de algunos trabajadores aún en activo, son “hijos de la guerra” o de la “Posguerra”, algunos son sobrevivientes de nuestra incivil guerra, personas que levantaron nuestro país a fuerza de sudor y de horas de trabajo por un salario casi ridículo, entre los que incluyo, a los emigrantes, los exiliados, etcétera, etcétera…, y ahora se oyen rumores de que la crisis económica se arregla aumentando la edad de jubilación y bajando las pensiones.
¿Cómo se pueden concebir tales ideas cuando el Banco de Santander ha obtenido unos beneficios de cerca de NUEVE MIL MILLONES DE EUROS? ¿Es esto coherente? ¡No encuentro respuesta, simplemente me asombro!
¿No debieran ser los grandes capitalistas de este país los que ayudaran en mayor medida a subsanar la crisis económica, puesto que son ellos los que más beneficios han obtenido del trabajo de los empleados? Creo sinceramente que sí, y lo digo sin acritud hacia nadie.
En lo que respecta a todas aquellas personas que ocupan puestos relevantes en la sociedad española y que sus salarios superan los sesenta mil euros anuales, ¿no debieran mirar en el interior de su corazón y de sus bolsillos y comparar su situación con la de los pensionistas? No se dice aquí que estas personas no se merezcan dicho salario, simplemente que estamos en tiempos de crisis y es necesario apretarse el cinturón, pero esto de apretarse el cinturón, ¿a quién corresponde en mayor medida? Esto es de lógica, corresponde apretarse más el cinturón a los que más tienen y así sucesivamente.
¿No convendría reducir o unificar algunas instituciones?
¿Ocupamos los puestos de responsabilidad las personas adecuadas y con formación necesaria para tal puesto?
Señoras y señores, creo que debería reducirse el pluriempleo, no sólo de los trabajadores, sino de altos cargos.
Por favor, dejemos a los pensionistas tranquilos, no les asustemos. Dejemos a los funcionarios y a la sufrida clase media que cumplan con su obligación con integridad y sosiego.
Se han de apoyar a las medianas y pequeñas empresas que son las que sostienen la columna vertebral de este país.
Se debe fomentar el empleo pactando con los agentes sociales.
Pidamos a los trabajadores responsabilidad, implicación y esfuerzo en el trabajo.
Vigilemos con profundidad el absentismo laboral de todos los que realizan un trabajo, sea para el estado o sea para las empresas.
Busquemos nuevas alternativas, incentivando con más ayudas a la agricultura y la ganadería, apoyemos a las cooperativas.
Pues en caso de crisis extrema, mientras se labore la tierra y haya ganadería habrá comida, y por consiguiente calidad de vida.
Se han de perseguir a los especuladores que perjudican mucho a la sociedad.
Ha de hacerse un mejor y más equitativo reparto de la riqueza.
Los que dominan el mundo con el poder del dinero, tienen que darse cuenta que es la hora de ingresar menos en sus arcas y ayudar más a los que lo necesitan, pues si no su propia ambición se volverá contra ellos.
El arreglo del mundo y por supuesto de la crisis económica mundial pasa por la buena conciencia de los seres humanos.
¿Qué ocurre con la Ciencia y la Tecnología?
¿Se está apoyando convenientemente la investigación?, pues hemos de tener en cuenta que, la investigación en todos los ordenes de la vida, es la base fundamental del desarrollo de la sociedad.
Otro tema fundamental es la educación, hemos de reformar la educación, no se trata de formar personas para enriquecerse a costa del sudor de los demás, sino a ser buenos técnicos y grandes profesionales e intelectuales, con miras a engrandecer su país para el futuro.
Las personas, sean hombres o mujeres, deben ocupar los puestos de trabajo por mérito y capacidad, no por recomendación inadecuada.
Por favor, confiemos en el pueblo español, él, siempre ha sabido estar a la altura de las circunstancias, y sabrá hacerlo también en la crisis. Pero para ello necesita la ayuda de los que tienen el poder del dinero.
¡Vamos a trabajar todos con ilusión y con fuerza, cada uno en su puesto! Las cosas se van a arreglar.
Yo, como siempre, votaré por la democracia en este país que es el nuestro.
Ya para terminar, pido perdón a quien pueda haberse sentido ofendido con mis palabras, pero el corazón me pedía que hablara, y que expresara mi verdad, no sé si estas palabras servirán para algo, pero están dichas pensando en esa verdad que dice: “la verdad nos hará libres”.

LOS HIJOS DE LA SOMBRA.
Después de tanta sangre y tanta ruina,
los hijos de la guerra y de la sombra
trabajaron tan duro, como encinas,
por la luz de su tierra y de su honra.
Todos fueron el ángel que se inclina
de rodillas a Dios y a la zozobra
con el alma en el bien que se adivina.
Y cayeron en la mullida alfombra
las negrísimas perlas de su vida…
Silenciadas de pensamiento y, rotas,
quedaron entre niebla las encinas…
Amaban tanto el calor de su madre
que todas se entregaron peregrinas
a la santa simiente y al enjambre
del trabajo voraz que las domina;
y doblaron su cuerpo y fue su frente
el diapasón de amor que nos convida
a escuchar en el hondo referente
ese llanto de fuente conmovida.

¡Todo es amor, cuando el amor, de frente
busca en la verdad de nuestra vida!
***

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