A TI, MUJER
Extremadamente hermosos
los ojos con que me miras
y qué feo lo que ves
y qué feo lo que ves
anclado en la noche oscura.
Todo de mi es nube densa
que camina por el aire
bajo el ruido de la lluvia
y entre murmullos de sangre.
Atrapado en la inquietud,
muero entre mis soledades
porque busco una caricia
de tu boca inalcanzable.
Yo soy el cardo escondido
en los pardos hierbazales
y tú la rosa prendida
en los más bellos rosales.
Quítame espinas, amor,
que es posible que en mis carnes
quede todavía un color:
quizá blanco, quizá rosa,
quizá lirio bajo el sol...
Quién sabe si soy persona
o la voz rota del viento
en la magia de tu alcoba?...
***
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