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jueves, 16 de junio de 2011

ENTRE LA LUNA Y LA AUSENCIA













Al verte, vi la luna en zarzamoras
encarnada y serena en la frescura,
parecía tener mi Extremadura
una voz de querencia entre las sombras.


Si Ofiuco encelado fuera cobra
y mordiera mis labios hechos lumbre,
llegarían, amor, hasta las cumbres
mis voces de cariño y de zozobra.

Hoy la luna sufría mal de amores,
y en mi alma, oscuras melodías,
recordaron, mi amor, que adolescía
de tus labios preñados de arreboles.

No quisiera escribir versos de amor
pero la luna tiembla en mis delirios
y me vuelve de sombra y de martirio
si me oculto detrás de este dolor.

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