EL RINCÓN DE LA POESÍA

ENTRE ARAÑAS DE ACERO
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Te llamo amor, desde este llanto
bajo la sombra oscura de los muros,
muros variopintos de esta ciudad histórica
que perfila a los cielos sus alas de cemento.
Te llamo en esta hora solitaria
en que duermen los gritos estridentes.
Las arañas de acero me intimidan
pero sueño en lo bello de la tarde.
En silencio, sin prisas, navego entre las luces.
Ese túnel del metro me engulle inexorable,
pero acepto este reto de la inmersión sin agua.
Me olvido de los miedos cuando pienso en tus ojos,
y el corazón me salta tremolando el sonido,
ese sonido dulce que viene de tu boca.
Esta soledad y este silencio, confortan mi añoranza,
porque siento que en llamas crepitas en mi sangre.
Ese sentirte en mi, despacio y en silencio,
cubre de violetas los morados jardines de mi anhelo.
Ardes en mi pecho y los ojos me piden una imagen,
y yo les obedezco repitiendo tu imagen de azucena,
pero el dolor me vuelve por tu ausencia,
y despacio...muy despacio...mi corazón te llora.
Pero Madrid lo ignora y me lleva en la tarde
entre el sonido alado de sus patas de araña.
Sordo, hoy me he vuelto sordo, y voy despacio,
muy despacio y en silencio, para soñar contigo
y regresarte toda a mi retina.
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Autor: E. San Juan