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lunes, 5 de enero de 2015

CARTA A LOS REYES MAGOS- 2015



Queridos Reyes Magos:
Intuyo que vuestras majestades, van a ser en este año 2015, muy generosas. Los niños y las niñas de España y parte del  mundo, quedarán muy agradecidos de vuestros regalos y sentirán la alegría de que sus cartas, al menos, serán  leídas por vuestras queridas majestades y, creo por tanto, que no habrá muchos niños sin juguetes. Eso me alegra mucho, al mismo tiempo que me entristece porque sé que aún quedan niños en el mundo que no reciben vuestros regalos, por una causa o por otra, tales como “guerras, hambre, aislamiento, explotación, ruina o catástrofe”.
Ya habréis supuesto que no soy un niño, ni una niña, simplemente soy un ciudadano que os escribe porque se siente también necesitado de una ilusión y un regalino, digo regalino, porque es así como decimos en mi querida tierra, Extremadura. No pasa un día que mi esperanza no se renueve porque creo en la magia de vuestras veneradas majestades. Este año, debo pediros ese “regalino”o “regalo”, llámese asina o así, que para mí es muy grande, tal vez, para vuestras majestades también sea grande porque las cosas pequeñas son a veces las más grandes. Los extremeños, al frío intenso lo llamamos “fresco”, luego no esperen que el regalino, pueda ser demasiado pequeño, porque se trata de AMOR, y el amor tiene tantas variantes como rayos tiene una estrella.
Veamos, os ruego amor para los pobres, pero un amor convertido en acción, no lo quiero en palabras, ni en una caja de cartón con lazo sellando la envoltura, lo quiero de mano a mano, del Estado a la mano trémula del pobre. Amor para los enfermos, no amor sólo en las palabras sino en las medicinas y en la atención médica, en el amor de los médicos directamente al enfermo. Decía Epicuro: no hay nada más hermoso que el amor en las manos de un médico, creo que fue Epicuro, si no es así, pido perdón a sus majestades.
Amor a la verdad, para ser grandes de alma y de espíritu. Os ruego que vuestra magia influya de una vez por toda en las personas que gobiernan y en los que pretenden gobernar, a ellos traerles la palabra verdadera, no la inútil fantasía de hacerse creer sin decir nada, que digan los que gobiernan vamos a cambiar esto o aquello para mejorar a los ciudadanos, predicar con el ejemplo y no andar como siempre andan, “que si vosotros habéis hecho, que si debierais haber hecho, si nosotros estuviéramos haríamos esto o aquello”. Haríamos es una posibilidad, por lo tanto hay que decir y por escrito: VAMOS A HACER ESTO Y MOSTRAR LO QUE SE VA A HACER CON RESPETO AL CONTRARIO.  ¡Basta ya de palabras vanas y de ataques verbales!¡ Basta ya de meter miedo al pueblo con el “Coco”, si el coco viene es porque ellos lo han dejado entrar con su desacerbado egoísmo y su falta de amor al prójimo (DE ALGUNAS PERSONAS). “Al que lo hace bien nadie le quita su herramienta”.
A los partidos políticos, queridas majestades, hagan el favor de traerles Amor al trabajo y a la Sociedad a la que sirven. Y referente a la ética, es muy sencillo, “NO HAGAS A NADIE LO QUE NO QUIERAS QUE TE HAGAN A TI”¿ No es así, queridos Reyes?.
Referente a la educación, por favor majestades, hagan algo, porque la educación de los niños y niñas de hoy es el gran futuro del mañana. Ojo con el acoso escolar que llevamos mal camino, bastaría con más Educación Emocional en los colegios y en los hogares. Y la ley de Educación hay que pactarla entre todos los grupos políticos y los ciudadanos, no cambiarla cuando llegue el partido de turno.
¡Oh, la Unidad de España! Qué se puede hacer con estos señores: que se van…dame dinero…me quedo… se quedan… ¡Independencia!, ¡oh, socorro!, hagan algo majestades, si nos está costando vivir unidos que no  nos costará viviendo separados. Si hasta las familias se están uniendo más que nunca para salir de la crisis… Amor, ¿A dónde vas Cataluña?
Os vuelvo a rogar majestades, para el entendimiento de los poderes públicos, una solución, algo para el poder judicial, que sea el Tribunal Supremo quien aplique lo definitivo en  ley. Respeto entre los jueces, la ley existe, a qué viene tanta divagación. El asunto de la justicia ha de ser de los jueces para eso está la ley. Si hay que cambiar alguna pues se cambia y ya está, pero deben hacerlo los Jurisconsultos, los Prudentes, los conocedores de la ley.
Majestades, pueden mirar y arreglar  qué pasa con las declaraciones ante la Policía, ya que al parecer no valen mucho o casi nada. Oh, por favor, y el Reglamento de la Policía Nacional, es decir, un Reglamento nuevo, donde se contemple la actuación de la policía en los diversos casos y temas. ¡Basta ya de leyes sueltas! Que anda la policía demasiado indecisa de una ley van a otra vienen.
Y los malos tratos, la violencia de género, cuando van a dejar de sufrir las mujeres y algunos hombres esta lacra social. Majestades, hagan lo que puedan en este espinoso asunto. Traigan a los matrimonios un poco más de amor y un poco más de dinero. Que se incentive la educación desde niños en el colegio y en el hogar, ¿no se podría arreglar, majestades?-pregunto.
¿Qué magia pueden hacer Vuestras majestades en la Sanidad?, porque esta, poco a poco, se nos está yendo cómo un río desbordado. Varias de las medicinas, las que mejor curan no entran en el Seguro, pero, ¿qué es esto? ¿Qué pasa con los médicos que se les ve con mal humor?
Magia, Majestades, para el paro y para el reparto de la riqueza desde la honradez, ¿se podría conseguir que los millonarios ayudaran algo en este asunto tan importante, y que lo hicieran con amor?
Las religiones. Majestades, ¿podrían existir religiones sin fanatismos ni muertes? ¡Oh, qué hermoso sería el entendimiento entre todas ellas…
Sobre el terrorismo internacional, ¿A qué tiempos y lugares vamos? Os ruego, ya que andáis por esos países, que regaléis un poco de luz a los contendientes para que se termine esa locura.
Amor, falta tanto amor en el mundo, que me repito hasta la saciedad pidiéndoles este sentimiento tan sagrado para mí. Amor, ruego amor entre todos los hombres y mujeres del mundo, porque es en el amor dónde hay que mirar para arreglar todas las cosas de este mundo en el que vivimos.
Por favor, hagan algo por los niños enfermos y las enfermedades raras. Que ya se está sintiendo su caudal desastroso.
Queridas majestades, ya termino mi largo repertorio de peticiones, si algo se me ha quedado en el tintero, vuestra magia sabrá descubrirlo.
Con cariño, hasta otro año.
Madrid, 2 de enero de 2015.

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