RAÍCES
A Luis y Pepita, con admiración.
***
En el fondo de mis ojos
tengo clavada una encina
que se alimenta al calor
de una lágrima escondida.
Sus tentáculos de amor
me crecen por la retina
para darle al mundo entero
amor y fruto de encina,
bellotas de verde cuerpo,
negro color y piel fina
con la oscuridad del sueño
de mi infancia campesina...
Un corazón extremeño
que libremente camina
en el cáliz de sus versos,
sin hacerle reverencia
ni al rico ni al usurero.
Son mis versos una encina
que nace mirando al cielo,
ella lleva flor y vida
de un corazón bellotero
que tiernamente suspira
sin obedecer al dueño.
No le hace versos mi encina,
a un mundo sin sentimientos
ni a una planta campesina.
si no es perfume por dentro.
Nunca se apoya mi encina
en el hombre que no es bueno,
sólo sus ramas declina
para el amor dulce y tierno
de una tierra que nos mira
entre el verde, blanco y negro.
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De mi libro: "Un reflejo en la Diáspora"
Año 2001
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