EL REGRESO (Continuación)

D. Patricio Chamizo, escritor extremeño, nacido en Santa Amalia, nos habla de la familia y lo hace desde su libro"GANARAS EL PAN CON EL SUDOR DEL DE ENFRENTE", y nos dice:Hace ya muchos años y en un país muy lejano, habitaba una gran, familia muy numerosa. El jefe de esta gran familia era un anciano de luengas y plateadas barbas, a través de las cuales asomaba siempre una dulce sonrisa de bondad. Sus ojos profundos y claros eran el espejo de la sabiduría. Sus numerosos pequeñuelos encontraban en él la paz, el amor, la tranquilidad y la seguridad necesaria para que aquella comunidad formara un bloque compacto y armónico. El venerado anciano era para ellos algo así como el cemento en la obra: el que une y da firme consistencia a todos los materiales que componen el edificio.

De esta forma crecían y se desarrollaban, amándose todos entre sí con el mismo amor que el padre les infundía.

Cada cual trabajaba en lo que podía y sabía con arreglo a su capacidad, a su fortaleza física y, lo que es más importante, a su vocación. Y cada uno recibía de la comunidad todo lo necesario para su desarrollo integral.

El régimen de propiedad existente es difícil explicarlo, entre otras razones, porque no había leyes escritas que regularan nada y mucho menos la propiedad. Todos los bienes eran comunes y disponían de ellos según su necesidad sin apropiarse más que de lo necesario.

No había, por tanto, egoísmo, ni avaricia, ni envidia, ni rencores, ni hambre, ni guerras, ni mal. Sólo el amor lo inundaba todo. Y es natural que así ocurriera porque a nadie le faltaba nada que fuera necesario para vivir, ni le sobraba nada que pudiese servir de objeto apetecible, y no asequible para nadie...

No pretendemos copiar el libro de mi querido amigo, Patricio, sino extraer el agua purísima de su fuente social. Imaginemos este mundo, delicado, amoroso y sutil, sin inmoralidades, donde todos tenían el derecho y la obligación de trabajar. No se puede decir exactamente que cada uno se ganaba el pan con el sudor de su frente, pues como todos trabajaban, no era preciso sudar. No había excusa todos a trabajar. Sólo la enfermedad podía cambiar esta obligación. Dice mi amigo, que los "Záganos" que se conocían eran solamente los de las colmenas que existían por los alrededores. Este hecho de trabajar todos debía suponer una jornada muy corta. Sería algo así como una preparación para mantenerse en buena forma física. Para vivir no era preciso hacer números, ni hacerle la pelota al jefe. La naturaleza misma enseñaba, las ciencias, el arte y el deporte. La comunidad vivía para y por la comunidad, todo era de la comunidad.No era preciso comprar porque "todo era de todos como dice mi amigo el escritor.

El bueno del Patriarca, les reunía de vez en cuando, para decirles que tenían que descansar un día. Esto no les hacía mucho efecto pues no tenía interés en descansar porque no estaban cansados. El Patriarca les contestaba: -Bueno, si no estáis cansados, aprovechar este día para meditar, pues la vida es para meditarla y para recordar siempre que sois libres, yo os hice libres. Os ruego estéis siempre atentos a las cosas que puedan ser causa de la esclavitud, porque se dice que no solo de pan vive el hombre.

Y esta era la familia que nos ocupa, sin miserias, sin odios, sin guerras, sin envidias, anteponiendo el amor a cualquier vicio, capricho, dolor, necesidad, atisbo de inmoralidad, etc...

Aquí podríamos dar por terminada esta historia que, aunque parece infantil, encierra algo en que debiéramos pensar...Pensemos... Y cómo dijo el filosofo: "Pienso, luego existo".

Y hasta más tarde, que regresaremos con un "decíamos ayer"...

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Decíamos ayer, -bueno, hace unos días- que debíamos también pensar en la familia feliz y estar atentos a su felicidad, y como existimos y estamos atentos, nos llega la triste noticia de las manifestaciones de "UN CONCEJAL CATALÁN" que no puedo pasar por alto, -permitanme esta salida del tema-, pero es que tengo que manifestarme, ya que estamos en un País libre y que lo sea por muchos años. Este Concejal nos decía: que adoptaramos niños extremeños, niños paupérrimos extremeños, después pedía excusas. Sr. Concejal de las tierras catalanas, no es usted digno de perdón. Gracias a la divina providencia de que los catalanes en general no son como Ud. y eso me consuela, porque sus depravadas palabras y las fotografías que usó de dos niños, no son cosas que quepan en la mente humana de quien piensa en unas tierras tan nobles y tan hermosas como son las tierras extremeñas y catalanas, ni aún para ofenderlas, no digo que no existan en el mundo niños que sufren, pero usarlos para hacerse propaganda es denigrante, si al menos denunciaran una situación, pero faltar a la verdad con tan tremendo descaro y usarlo como insulto supera los límites de la maldad, por eso no reseño aquí su nombre, porque pronunciarlo me causa repugnancia.

Como cualquier español de bien, debo agradecer las palabras de la Vicepresidenta de la Junta de Extremadura, Dª Lola Pallero, que ha demostrado estar muy atenta a este tema. Ella sabe bien del alma del extremeño, de su bondad, de su entrega, de sus sudores y sus penas, por tanto no podía permitir que un energúmeno antisocial ofendiera a una tierra como es la nuestra, con sus alegrías y sus penas, sus defectos y virtudes. ¡No visite nuestra tierra,Sr. Concejal, Extremadura no le necesita! Y ya para volver al tema de la familia feliz, me permiten que diga: ¡Viva Extremadura! Muchas Gracias. (4 de agosto de 2008.-)

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En la Familia feliz se trama la REBELIÓN.

Uno de los componentes de la familia "ya casi feliz" el hermano mayor, a quien daremos el nombre de "Capullo" le comenzaron a surgir ciertas ideas, tales como:-Esta vida no me gusta y me irrita -le comentaba a un hermano menor que él, pero más fuerte a quien llamaremos "Grandullón".

Grandullón, no entendía las ideas de Capullo, pues éste decía que a cada uno se le tenía que dar lo que se mereciera, es decir, los bienes de la comunidad repartirlos según edades y según el trabajo de cada cual, nada de recibir todos lo mismo, y que todo fuera al fondo de la comunidad le parecía muy mal. Que era una injusticia y que había otras formas de vida distintas de las que estaban viviendo.

Durante varios días, Capullo y Grandullón se iban al bosque y charlaban y charlaban, Grandullón era un poco torpe, pero sujetaba a un toro por los cuernos.

Resumiendo, un día se entrevistaron con el buen Padre de la barba plateada y le propusieron cambiar las cosas.

El Patriarca les recibió y escuchó con inmensa bondad. Luego les comentó: Es cierto que vosotros trabajáis más que los pequeños, pero a los pequeños les cuesta más esfuerzo que a vosotros. El trabajo es más duro para ellos que para vosotros, ¿lo entendéis bien?...Sí, pero queremos saber los que es suyo y lo que es nuestro.

El buen Padre, les recriminó estas palabras, diciéndoles que no quería oír hablar de TUYO Y MÍO. Al fin, les convocó a realizar una reunión con todos los hermanos más pequeños.

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LA REBELIÓN.-

Una hermosa mañana con sol de otoño, el Padre convocó a todos a una reunión, en cuya asamblea les manifestó que su deseo por el bien de todos era que todos los bienes y toda la vida la tuvieran en común y que la naturaleza era sabia, que lo que era de uno debía ser de todos, para cuando alguno enfermara, y bla, bla, bla...

En estas, les dijo a Capullo y a Grandullón que expusieran sus ideas e intenciones. Estos dos hermanos mayores, no quisieron exponer sus ideas porque temían que los pequeños no iban a aceptar nada de lo que les dijeran. Los pequeños se fueron desilusionados porque los mayores no les dijeron nada...

A los pequeños les daremos el nombre de "Tonto", "Tontón", "Tontera", "Tontorrín","Tontán" y "Tontorrón".

Continuará...

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Retomamos el tema desde donde les dabamos nombre a los pequeños, TONTO, TONTÓN, TONTERA, TONTORRÍN,TONTÁN Y TONTORRÓN.

Se fueron desilusionados, porque los mayores no les dijeron nada