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martes, 21 de junio de 2011

NO ME GUSTA EL PACTO DEL EURO

Sí, la verdad es que no me gustan ciertos pactos económicos, porque se dan las circunstancias que en esta clase de pactos casi siempre pierden los más pobres. Y es hora ya, de que nuestros representantes políticos sepan hacer las cosas mejor, cambiar la forma de hacer las cosas, poniéndose al lado del pueblo y por el pueblo, sin mover lo que está bien hecho. Democracia sí, pero no violencia. No hay que derribar las estructuras de esta Democracia que tanto trabajo ha costado levantar. ¡No hay que cambiarlo todo, señores! Sólo hay que hacer algunas reformas, pero para eso, hay que trabajar unidos. Me dan miedo la violencia y la desobediencia de las leyes. Las malas leyes hay que cambiarlas, pero en tanto estén vigentes hay que obedecerlas. Hemos de obedecerlas todos, sin excepción.
Los poderes económicos han de darse cuenta que ha llegado el tiempo de obtener menos beneficios y de trabajar más por el bienestar de la Sociedad. El tiempo de la avaricia ha terminado. Antes de que la Sociedad pierda el control de simisma, hoy que encontrar soluciones. Los políticos deber reunirse con el nuevo Movimiento 15 M, para encontrar una solución que no nos conduzca a la violencia, ni a cosas más graves, que no quiero ni pensar...
Y el llamado Movimiento 15 M, debe de nombrar ya portavoces legítimos que puedan hablar en su nombre, para poder dialogar, que es lo que se debe hacer...No se puede cambiar todo de una sola vez, ni se debe, hay que pensar y reflexionar, desde la no violencia, vuelvo a repetirme.

¿A quién votarán los del 15 M en las próximas Elecciones Generales? ¿Lo hará la sociedad bajo su responsabilidad como hasta ahora? Ese 15 M se organizará como Asociación legal o será sólo un movimiento que pida en la calle lo que desea de los poderes públicos...
Si la crisis continua y no se logra la paz social, deberiamos ir a la Unidad Nacional.
Y ahora ya para ir terminando, creo que no es mi intención hacer daño a nadie, sino reivindicar ¡La no violencia! ¡La paz! ¡La concordia! ¡La tolerancia! ¡La libertad! ¡El amor para el mundo y para el prójimo! ¡No al hambre y la miseria! Todos somos parte de este mundo que habitamos y todos tenemos derecho a vivir en paz y en libertad. Cada uno de nosotros es una hoja de ese árbol del mundo, que como árbol debe ofrecer sus frutos sin pedir nada a cambio...
Perdonen mis lectores, pero creo, que mi cometido no es la política.Trataré de no meterme mucho en estos asuntos.

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