(La foto es una rosa tomada de Google
si el autor lo desea será retirada)
ES HORA DE COMENZAR A CONSTRUIR.
ES HORA DE RENOVAR CIMIENTOS.
Es hora de ponerle cimientos a la vida y a los edificios en Haití.
Es hora de olvidarse de la compasión y dedicarse por entero al auxilio.
Reconstruir Haití es en estos momentos la acción más apremiante tras haber facilitado Comida, medicinas y alojamientos. Pero la reconstrucción no sólo debe ser con ayudas para paliar las primeras necesidades. Haití, necesita más, necesita que los edificios se levanten con firmes y sólidos cimientos. Es preciso crear estructuras que puedan aguantar o paliar, al menos, estos desastres probocados por los fenómenos de la naturaleza. Es necesario fomentar la prevención con observatorios que puedan prevenir los seísmos y toda esta clase de desastres.
Las ayudas han de ser ayudas, no limosnas.
los países deben crear un fondo común para ayudar a otros cuando lo necesiten. Las ayudas han de valer para que se materialicen en el mismo país que las necesite. Pues toda ayuda ha de ser coordinada y controlada por organismos de confianza y de solvencia. Es tiempo de crear un Órgano de Control para que todas las ayudas lleguen íntegras al país destinatario.
Ahora es el momento apropiado para que todos PONGAMOS NUESTRO GRANO DE ARENA POR HAITÍ. Ahora también, desgraciadamente, por la ISLA DE MADEIRA en Portugal, que se ha visto azotada por el temporal.
Ese Fondo Monetario Común para desastres, ha de ser creado ya, si no lo está de fechas anteriores, hay que ayudar, pero a ser posible establecido por ley desde los Estados.
Aún sigue en mi memoria Omaira, aquella niña en la poza, cuando rugió el "Nevado del Ruíz". estos hechos conmueven el corazón. pero no basta la pena ni la compasión, es hora del auxilio, de la acción inmediata, y no de las palabras, aunque las palabras sean necesarias. es hora de emprender nuevos caminos, de sentirse ciudadanos del mundo. es hora de pensar...De sentir... DE ACTUAR...De vivir para el mundo y no para uno mismo.
Cuando escribo estas palabras, me siento tan humano y tan arrepentido de no haber escrito antes lo que el corazón me pedía, que me siento avergonzado de pertenecer a esa mayoría de seres que lo piensan, lo sienten, lo dicen, pero no actúan...
Rogando ser perdonado,me atrevo después de todo esto, a escribir dos poemas, uno para Haití y otro para Madeira:
DESOLACIÓN EN HAITÍ.
(A este pueblo que sufre)
Al temblor de la tierra, sorprendido,
el pueblo desgarrado se asustaba.
Haití lloró en la sangre derramada
entre el vómito de tierra estremecido.
La parca con su látigo encendido
se hizo reina del todo y de la nada,
y en vientos de dolor merodeaba
entre inocentes ángeles dormidos.
No callaban los gritos, no callaban,
en el roto gigante malherido
que, aun herido de muerte, respiraba.
Se ha callado la tierra, vuelve al nido,
una paloma triste, enamorada,
que vuela en el entorno sin sentido.
¡Ahora es tiempo de amor, y no de lilas.
Es hora de ser todo en el auxilio
para poner cimientos a la vida!.
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DUELE EL CORAZÓN. DUELEN LAS VENAS.
(Por las víctimas en Madeira)
Esta vez en la Isla de Madeira
brama el temporal y brama fuerte.
Hoy se siente en el alma tanta muerte
que duele el corazón. Duelen las venas.
Otra vez los inmortales frente a frente
llevándose las vidas en cadena.
Esta vez con el agua cabalgante.
Esta vez en la isla de Madeira.
Se mancharon de malva y de granate
los doloridos brazos de la pena
al ponerse a llorar por el amante.
¡Hoy me dueles de amor, bella Madeira!
¡Hoy me duele la sangre al recordarte!
¡Hoy no tengo más cielo que tu pena!
¡Hoy me nubla la lágrima el semblante!
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