A LOS MINEROS DE CHILE

EN LAS ENTRAÑAS DE LA TIERRA

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Este sentir la mina me estremece

y me nubla el verano en la pupila

y siento que la sangre me destila

una fuente de acíbar que me envuelve.

Un alud de ternura me conmueve

y siento que la pena me obnubila

por esos mineros, donde la vida

parece que se escapa en tiempo breve.

Y yo le pido a Dios, Alma en la tierra,

que se convierta en aire en los costados

de todos esos hombres que se aferran

a la vida, sabiéndose enterrados.

Andan por las entrañas de la tierra

y ni siquiera piensan en su estado.

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Verano de 2010

LOS MINEROS DE CHILE

DEVUELTOS A LA LUZ

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Después de tanto tiempo bajo tierra

los treinta y tres valientes se han salvado.

Hoy andan bajo el cielo ya abrazados

a ese amor de la sangre y de la espera.

Hoy baila en los azules nuestra esfera.

Hoy, rescatadores y rescatados,

merecen el honor estipulado

a héroes de la paz y de la entrega.

Hoy ha vuelto a la luz de mi poema

la alegría que nace del costado

cuando ves que se acaba alguna pena.

¡El grupo de mineros se ha salvado!

¡Qué San José refulja cual patena

y el pozo se mantenga bien cerrado!

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Que en el ser la conciencia se despierte

que, aunque hoy las encinas no estén rotas,

puede un hacha cortarlas de repente.

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14 de octubre de 2010