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jueves, 18 de noviembre de 2010

¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN EL SAHARA?





Me pregunto: ¿Qué está pasando en el Sahara? No me encuentro con fuerzas para contestarme, porque mis respuestas serían abandono y olvido. Siempre pasa lo mismo con los humildes, con los desheredados, con los pueblos pobres. El pueblo saharaui se merece la libertad,se la merece por derecho propio desde siempre, el pueblo saharaui tiene derecho a decidir libremente su futuro y qué clase de autogobierno desea.Las naciones han de prestar a este pueblo la ayuda necesaria para que pueda comenzar una vida digna, un sistema democrático con todas las garantías para el desarrollo de una sociedad libre. Esta ayuda ha de ser limpia y sin intereses partidístas.Las sociedades avanzan, los pueblos se desarrollan, aumenta el respeto por la vida humana, por eso, nos debiera dar verguenza que en el Siglo XXI ocurran cosas como las que están ocurriendo en el Sahara y en otras partes del mundo.
Me siento tremendamente consternado y dolido ante tanta injusticia. Estamos perdiendo la conciencia y el sentido de la dignidad humana. ¿ Acaso sólo pensamos en nosotros mismos? ¿Qué nos está ocurriendo?...(Sólo pensar en un árbol frutal me hace sentirme avergonzado, pues el árbol nos regala su fruto sin pedir nada a cambio) Por qué no hacemos cómo el árbol y damos algo de nuestro fruto para que con este alimento puedan vivir algunos pueblos.¿Es que ya no quedan hombres poderosos con dinero y conciencia? De ellos depende en gran parte la solución de muchos de los problemas que asolan a este planeta que llamamos Tierra.
Siempre a perder los de siempre, los humildes, los desheredados. ¡Qué lástima! ¡Sólo pensar en algunas mansiones y en esas edificaciones que algunos llaman "casa" me revuelve el estómago! Si ustedes me permiten un poema, me despido con él en esta entrada y les digo hasta siempre:
Que sean felices.

EL NIÑO SAHARAUI
***
Entre dunas de arena y sol ardiente
un niño saharaui mira al mar.
Al otro lado, España sonriente
entre sol de arreboles y guitarras
tras las sombras oscuras de poniente
se agazapa indecisa tras el mar...
A la espalda del niño va Marruecos
entre Jeques de nieblas y de nubes,
opulentos sultanes ambiciosos
que reposan al sol entre querubes.

El niño mira al mar, algo se aleja.
El niño mira al mar...Y la patera
se balancea crujiendo entre las olas,
buscando no sé qué mantón de tierra
que al oscuro poniente se recorta...
El niño mira al mar...Y de sus ojos,
se rompen diluviando las estrellas.
Es la fuente del alma que se queja
herida por amor en lo más hondo.
El sabor de la lágrima en su boca
le dice de su estar oscuro y solo...
Es la visión de España que atesora
la hondura de su pena y de su gozo.
El niño saharaui mira al mar, la mar salobre,
la mar que lo separa del padre que se aleja
entre la ardiente espuma de la noche...
Otra lágrima cae de la tersa canela de su rostro
y temblando en la arena se disuelve y se quiebra
invisible en la nada de la duna y "los fondos"...
No la recoge el mar ni Marruecos ni España...
El niño saharaui, piensa en el español que juega,
en ese niño inquieto tras un balón de cuero,
niño que ríe, que se entrega, que goza, que alardea
de pases, de regates, de goles, de lucha en el encuentro,
mientras la lágrima que vierte
es simplemente sal que le sobra en el cuerpo.
El niño saharaui mira al mar. Un mar de sombras...
Al mar que cree culpable del olvido en que vive,
a ese mar que devuelve marineros ahogados
impresos en las auras de brillantes perfiles.
Todos de lirio y verde, en ramas de granado.
El niño mira al mar y a su balón de goma
que rasgado se llena de arena de la playa.
Es un balón ajado, oscuro...balón que ya no bota.

¡El niño mira al mar, pero la mar se calla!...
A lo lejos el viento susurra entre las olas
una canción de amor, de quejas y de nada!
***
Año 2004, de mi libro: "Un reflejo en la diáspora"