Mañana en el Hogar Extremeño de Madrid
me cabe el honor de pregonar a mi tierra.
Una tierra donde el amanecer conforta
y el atardecer conmueve...
Donde la lluvia es un beso
y el calor la vida toda...
TU CORAZÓN EN MIS HOMBROS.
Mi tierra, tierra de todos
sangre bajo el cielo azul
en atardeceres rojos.
Los violetas sobre el alba
sueñan alazanes moros
mientras cabalga la luna
por el horizonte cósmico.
Recuerdos tengo en el alma
que embisten igual que un toro
hiriéndome en el costado
por el tiempo que la lloro.
¡Tierra mía, cómo cuelga
tu corazón en mis hombros!
¡Cómo me duelen las tardes
sin tus crepúsculos rojos!
¡Qué amaneceres de llanto
cuando al despertar, mis ojos
no ven tus montes azules
ni tus libres llanos hondos!
Yo quisiera, tierra mía,
en tu corazón ser todo:
ríos, montañas y valles,
latidos, aliento y gozo,
penas, si tú las tuvieres,
y lágrimas en tus ojos.
Tierra mía, en esta ausencia,
voy muriendo poco a poco...
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Autor. Eladio San Juan Brasero
