LOS ÁNGELES DEL TREN
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(Los ángeles del tren que cada once de marzo me despiertan
hoy vuelan en nuestro corazón al igual que lo hacen cada día...)
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Cada once de marzo llora el viento
y el recuerdo me sube por la frente
para después bajar y de repente
hacerse pena y alma en el aliento.
Sólo queda el amor y el sentimiento
y la foto que mira eternamente
sin odio, sin venganza y, dulcemente,
preguntando a los dioses su tormento.
Los dioses no fraternizan con la muerte:
Alá, Cristo, Zeus, ni el sonriente Buda
romperían la vida de inocentes.
Los dioses son amor, y en su dulzura,
jamás permitirían que la muerte
cometiera en su nombre tal locura.
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Eladio San Juan
