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lunes, 6 de enero de 2014

ESTATUA DE JOSÉ MARIA GABRIEL Y GALÁN

El día 6 de enero de cada año, nos reunimos varios admiradores del poeta D. José María Gabriel y Galán, junto a su estátua en el Paseo de Cánovas en Cáceres. Yo este año por causas ajenas a mi voluntad no he podido estar, por lo que a modo de homenaje inserto en este Blog este poema de tan insigne poeta.

EL EMBARGO. Por J.Mª G. y Galán.
***
Señol jues, pasi usté más alanti
y que entrin tós esus.
No le dé a usté ansia,
no le dé a usté mieu…
Si venís antiayel a afligila,
sos tumbu a la puerta.
¡Pero ya s’a muertu!
Embargal, embargal los avíus,
que aquí no hay dineru:
lo he gastau en comías pa ella
y en boticas que no le sirvierun;
y esu que me quea,
porque no me dio tiempu a vendellu,
ya me está sobrandu,
ya me está gediendu
¡ Embargal esi sachu de picu
y esas jocis clavás en el techu,
y esa segureja y esi cachu e liendru…
¡Jerramientas, que no quedi una!
¿Yo pa qué las quieru?
Si tuviá que ganalu pa ella,
¡cualisquiá me quitaba a mí esu!
 Peru ya no quio vel esi sachu,
ni esas jocis clavás en el techu,
ni esa segureja ni esi cachu e liendru…
¡Pero avel, señol jues: cuidiaitu
si algunu de esos
es osau de tocali a esa cama
 ondi ella s’a muertu:
la camita ondi yo la he queríu
cuandu dambus estábamos güenus;
la camita ondi yo la he cuidiau,
la camita ondi estuvo su cuerpu
cuatru mesis vivu y una nochi muertu!...
¡Señol jues: que nengunu sea osau
de tocali a esa cama ni un pelu,
porque aquí lo jincu delanti usté mesmu
¡ Lleváisoslu todu, todu, menus esu,
que esas mantas tienin suól de su cuerpo…
¡y me güelin, me güelin a ella ca ves que las güelu ¡…
***

domingo, 5 de enero de 2014

UN BESO EN LA VENTANA (Carta a los Reyes Magos)

Queridos Melchor, Gaspar y Baltasar: Os escribo esta carta desde mi corazón, con ella quiero expresar y expresarme de la mejor manera posible, no deseo ningún juguete, no, nada de juguetes para mí. Para los niños traed todos los juguetes que podáis, porque ellos se lo merecen todo, ellos son el futuro, si es que somos capaces de dejarles un futuro, mejor aun, que el que nuestros padres nos dejaron a nosotros, por eso os ruego: SALUD, TRABAJO, JUSTICIA SOCIAL, LIBERTAD Y PAZ PARA TODO EL MUNDO, y entre todo esto, Amor, pero AMOR CON MAYÚSCULAS. Un amor que cale hondo que bulla en la sangre y nos despierte de este letargo social y político en el que estamos sumergidos. Es hora de que vuestro regalo sea una orden a las mentes humanas, que la conciencia luzca con el máximo esplendor, que seamos capaces de mirar en nuestro interior y ver lo que hay en nuestro corazón, saber quién somos, de dónde venimos y hacia dónde queremos ir. Escuchemos a nuestro corazón él tiene mucho que decir. Frases éstas ya manidas porque parece que nadie quiere escucharlas. Sí, es cierto, tenemos conciencia de que hemos de ser buenos y sabemos como serlo, pero no lo practicamos o lo practicamos poco. Somos el colmo del pasotismo, esperamos que otros hagan lo que nosotros debiéramos hacer y así nos va. Dejamos a las personas que nos dirigen, todas la opciones para gobernarnos sin problemas. Hay que hablar, pedir, revindicar, eso sí, sin violencia porque la violencia engendra violencia. Me viene a la memoria, Mohandas Karamchand Gandhi, con sus huelgas de hambre y la resistencia no violenta, nunca usó la violencia, como todos sabéis, me refiero al famoso Mahatma Gandhi, “MAHATMA” igual a “grande alma” cuyo nombre honorífico se lo dio el poeta Rabindranath Tagore. Queridas Majestades, son muchas las cosas que os pediría, pero no podría en una sola carta, esta se haría muy extensa, deseo ante todo: que os acordéis de los pobres, de los necesitados, de los enfermos, de los mayores, ¿qué os voy a decir yo que no sepáis, si vuestras majestades tienen el poder de la magia?, usen pues, esa magia, para que haya más justicia en el mundo, para que le preguntemos a nuestro corazón si lo que hacemos lo estamos haciendo bien o no. Todo eso y un mejor reparto de las riquezas, todo eso y más, podréis hacer, queridas majestades, inculcarlo en las mentes de los poderosos, de los que pueden y al parecer no quieren. ¡Cuán equivocados están si sólo piensan en amasar riquezas! ¡Somos parte de un todo, si la balanza se inclina demasiado cae y se vierte el platillo, se derrama el oro y cae al fango de la ciénaga. Queridos, Melchor, Gaspar y Baltasar, os quiero mucho y os pido perdón si he sido muy egoísta en mis peticiones. Os dejo mis viejas zapatillas, un termo con leche calentita, mi bufanda, unos guantes, mi amor y un beso a cada uno en mi ventana. Hasta siempre.