LA AÑORANZA
DEL NENÚFAR
I
Cuando ella
llegaba, él no era…
Había una
luz de agua en el estanque.
Agua de
lluvia en la quietud…
Él ya no era,
le invadieron sus ojos.
Estaba ella
y aquel hombre melenudo
con ráfagas de
luna en el costado.
Era ella y
sólo ella, lo único vital en las orillas.
II
El grito de
los hombres se escuchó sobre el parque:
Deseos, egoísmos,
noticias imprecisas, locuras enfrentadas…
Televisión y
dudas…Mentiras sobre el aire…
Sucumbía el amor, al beso de aquel hombre,
galán de la
mañana…Y el tiempo se hizo corto en el amor…
El nenúfar, lloraba,
herido por su ausencia…
III
Ella miraba
a la calle en su amargura…
El beso del
otoño invadió su ventana.
Y recordó el
blanco del nenúfar,
y dejó de
habitarle la tristeza.
…
Y se volvió
al estanque…
Y, aunque un
momento fuera,
el impacto
sublime de sus ojos
-en la breve
quietud de la mañana-
se hizo luz
en el agua…
El blanco se
hizo amor
y el rojo la
esperanza.
Añoraba el nenúfar
la caricia,
añoraba el
amor, la luz, el agua…
añoraba del
mundo la ternura.
Llegó en
profundidad un beso largo…
Temblaba el nenúfar…
Respiraba la
niebla…
Y ella estaba allí, inmarcesible, inacabada…
Cantaba un
pajarillo entre las frondas
anunciando verdad
en los amores.
Una metáfora
de luz y de alegría
vino a vivir
con ella y con su karma.
Y fue el amor
entre ambos, un triunfo…
Él en la
quietud,
Ella en el
habla…
Tal vez,
venció el amor, y era lo humano;
era una
diosa toda, flor de carne,
era un nenúfar
blanco junto al agua.
***
DESDE EL
DESTIERRO
(TRÍPTICO DE AMOR)
.-.-.-.
Aquí, desde
la voz y en la presencia,
voy
templando días y, sobre todo,
ardo en la
luz completo y de tal modo
que me
siento morir en esta ausencia.
Quiero
agregar amor a mi sentencia
y unirme con
el tiempo codo a codo
para no
sucumbir en este lodo
de tanta
hipocresía y más violencia.
Hablan,
mienten y roban, hacen todo,
todo para
saciar sus apetencias
de poder y
dinero. ¡Quieren todo…!
Ruego el
amor e imploro diligencia
por la luz y
la paz, -y de tal modo-,
que me
encadeno siempre a la conciencia.
***
Si es el
amor la luz para este mundo
me colgaré a
su rayo y, bien atado,
me abrasaré
de amor y muy profundo
tejeré mi
sentencia: ¡Condenado!
Nadie, nadie
me hará caso, e infecundo,
caminaré
dolido y maltratado
y por amor
iré meditabundo.
con la luz
derramada en el costado.
Andaré
tropezando en lo profundo
y puede que
me muera equivocado,
incrédulo
del ser, pero fecundo.
Estoy para
la paz, siempre entregado,
y me llueve
la luz cada segundo,
entre golpes
de amor en el costado.
***
A la luz del
amor y en este anhelo
he caminado
siempre, amor ansiado,
y ya como
templado y en deshielo
me acerco a
la verdad enamorado.
Y aunque me
caiga roto y sin consuelo,
seré para al
amor…, porque he tratado
que sea
siempre mi lumbre y mi desvelo,
en su
concepto pleno y bien amado.
Me elevo de
mi ser, como en un vuelo,
desde la
ausencia, viejo y destronado,
porque el
amor así me da consuelo,
al sentirme
de mi deshabitado.
Fuera del
yo, ya todo para el cielo,
y auténtico
en amor por desterrado.
.-.-.
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