LA ROSA DEL CAMINO.-
***
(A una mujer que iba a la zafrilla).
Eras tú y no otra, la rosa deshojada del camino...
Entrar y no entrar a verte sobre el bosque.
Paraíso de luces sobre una tenue amanecida.
Llovía sol... y la mañana circular, dejaba olor de campo.
Era todo sencillo, un leve paraíso entre celajes.
Tú y tus labios, un son de despedida presagiaban.
Mañaneaba la alondra el bosquecillo,
blanco de luna y verde de impresiones.
Solo tú, dejaba un vuelo de perfumes cereales.
Febo, con su disco de oro fulgurante
se expandía en el cielo,
e intentaba abrazarte la cintura.
Eras tú y no otra, la rosa deshojada del camino...
una lázara más profetizando.
eras tú y no otra, la rosa que nublaba la mañana.
Eras tú y no otra, el no del paraíso.
Siempre en la misma era coronada de encinas,
siempre tú y la tierra prendida en mi costado.
Un día seré yo, la tierra, el labrador que lleve
ese tallo hambreante de tu empuje...
El regazo que lleve un corazón sembrado de amapolas.
Y serás tú y no otra, la rosa enamorada del camino,
la que vuelve a nacer, pujante y clamorosa.
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E. Sanjuán.
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