SOLEARES
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Navalmoral, pueblo mío...
que lejos te vas quedando
de este corazón perdío
que siempre te va llorando.
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Lloran las flores del agua...
Los juncos tiemblan de amor,
cuando los niños jugaban
el agua se los llevó.
..-..
En la piedra Caballera,
la pedí que fuera mía,
y me contestó con pena
que estaba comprometía...
..-..
¡Ay, qué triste está el abuelo!
Madre, qué le va a pasar,
desde que se fue la abuela
ya no quiere ni pescar.
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De mi libro: "Letras flamencas"
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